“Es que a mí la política me parece una tontería”, dicen algunos, desconociendo que sin la política las naciones, los estados, la democracia y los ciudadanos no pueden existir.
Por Omaira Martínez – Periodista colombiana
Es necesario reconocer que la política es inherente a las personas desde cuando nacen y son registrados como ciudadanos de un país y adquieren los derechos que rigen en ese territorio.
Una vez más debo tolerar los ataques cuando intento explicar sobre las bondades de la política a algunas de las personas de mi círculo cercano. Discutir hasta un nivel de agresividad verbal e insultos por las diferencias políticas es la primera evidencia de la incultura política.
Hay que entender que la política no está representada por alguien especial, un color o los partidos políticos, sino por todos y cada uno desde que se ejercen los derechos y deberes ciudadanos. Cada uno puede tener la ideología que le guste, pero con consciencia y conocimiento de cuáles son las ideas que sigue. Con coherencia entre lo que se piensa, dice y hace, y asumiendo las consecuencias de sus decisiones ciudadanas.
La política no es un asunto solo de los políticos, es una responsabilidad de todos y el primer deber es cumplir con el voto. Los que prefieren no hablar, informarse o interesarse en la política son los que generalmente no votan y quienes más critican, reclaman y exigen al estado o al gobierno.
Aquellos que políticamente se comportan como el vaivén de las olas, de acuerdo con su conveniencia personal y las circunstancias del momento, son ignorantes políticos y malos ciudadanos.
La política y su ejercicio como ciudadanos no es ninguna tontería, ni un tema aburrido. Es una de las mejores opciones para construir democracia, patria y un orden mundial más tolerante ante la diversidad.
No es un asunto que deba seguir siendo evadido, sino todo lo contrario, es necesario generar más cultura política, propiciando espacios de aprendizaje, concertación y discusión pacífica desde la diferencia.
Desde la escuela se debería comenzar a formar a los niños para entender sobre la importancia de la política. En ellos que son los ciudadanos del futuro está también el futuro de la humanidad.
Como ya lo había dicho en un artículo retomando una frase popular: “un pueblo que se desentiende de la política termina siendo gobernado por los peores hombres”.
