Avanza otra Propuesta Bipartidista de Reforma Migratoria que Ofrecería Estatus Legal a Ciertos Inmigrantes Indocumentados, aunque no se ven soluciones definitivas
En un Congreso frecuentemente dividido, un proyecto de ley bipartidista de inmigración, conocido como la Ley de Dignidad (Dignity Act), representa uno de los intentos más significativos de los últimos años para reformar el sistema migratorio de Estados Unidos.
Liderada por las congresistas María Elvira Salazar (republicana de Florida) y Veronica Escobar (demócrata de Texas), la propuesta busca ofrecer una solución de doble vía: reforzar la seguridad fronteriza y, al mismo tiempo, crear un camino hacia un estatus legal para millones de inmigrantes indocumentados que ya residen en el país.
“Durante 40 años, cada presidente y Congreso ha mirado hacia otro lado mientras millones han vivido aquí ilegalmente, muchos trabajando en industrias clave que mantienen nuestra economía funcionando. Es el talón de Aquiles que nadie quiere arreglar”, dijo Salazar en un comunicado. “La Ley de Dignidad ofrece una solución de sentido común: ciertos inmigrantes indocumentados pueden obtener estatus legal —no ciudadanía— trabajando, pagando impuestos y contribuyendo a nuestro país. Sin dádivas. Sin atajos. Solo responsabilidad y un camino hacia la estabilidad para nuestra economía y nuestro futuro.”
La legislación, que fue reintroducida en una versión actualizada en julio de 2025, se basa en una propuesta original de 2023 (H.R. 3599) y se presenta como un compromiso para abordar uno de los temas más polémicos de la política estadounidense.
Puntos Clave de la propuesta Ley de Dignidad
El proyecto de ley se estructura en torno a dos programas principales que funcionarían de manera consecutiva, junto con un robusto componente de seguridad fronteriza.
1. Refuerzo de la Seguridad Fronteriza: La propuesta destina miles de millones de dólares para modernizar la infraestructura fronteriza. Esto incluye el uso de tecnología avanzada como drones y cámaras de vigilancia, así como la contratación de más agentes de la Patrulla Fronteriza. Un punto central es la implementación de un sistema E-Verify obligatorio a nivel nacional para que los empleadores comprueben el estatus migratorio de sus trabajadores.
2. El Programa de Dignidad (Paso 1): Este programa de siete años ofrecería a los inmigrantes indocumentados que han vivido en Estados Unidos por más de cinco años la oportunidad de obtener un estatus legal temporal. Para ser elegibles, los solicitantes deberían:
- Pasar una rigurosa verificación de antecedentes penales.
- Pagar impuestos atrasados.
- Contribuir a un fondo de restitución con un pago total de 5,000 dólares durante la duración del programa.
Bajo el estatus de «Dignidad», los participantes podrían trabajar legalmente, viajar fuera del país y estar protegidos de la deportación.
3. El Programa de Redención (Paso 2): Una vez completado el Programa de Dignidad, los inmigrantes tendrían la opción de ingresar al Programa de Redención. Este segundo programa, de cinco años de duración, ofrecería un camino hacia la residencia permanente (green card). Para ello, los participantes necesitarían:
- Pagar una contribución adicional a un fondo de capacitación para trabajadores estadounidenses.
- Cumplir con requisitos de conocimiento del idioma inglés y de educación cívica estadounidense.
Una vez obtenida la residencia permanente, se abriría la posibilidad de solicitar la ciudadanía estadounidense a través de los canales ya existentes.
Un Camino Distinto para los «Dreamers»
La Ley de Dignidad también contempla una vía acelerada hacia la residencia permanente y la ciudadanía para los jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos siendo niños, conocidos como «Dreamers», así como para los beneficiarios del Estatus de Protegido Temporal (TPS).
Posturas y Perspectivas
A favor: Los promotores de la ley, incluyendo una coalición de grupos empresariales, agrícolas y religiosos, la ven como una solución pragmática y humana. Argumentan que sacaría de las sombras a millones de personas, permitiéndoles contribuir abiertamente a la economía a través de impuestos y trabajo legal. Destacan que el componente de seguridad fronteriza es esencial para obtener el apoyo conservador. La representante Salazar ha enfatizado que no se trata de una «amnistía», sino de una «oportunidad ganada».
En contra: A pesar de su naturaleza bipartidista, el proyecto enfrenta críticas de ambos extremos del espectro político. Algunos republicanos de línea dura se oponen a cualquier forma de legalización, considerándola una recompensa a quienes infringieron la ley. Por otro lado, ciertos grupos defensores de los inmigrantes critican la duración del proceso (más de una década para la posibilidad de ciudadanía), los costos financieros para los solicitantes y las estrictas medidas de seguridad fronteriza que lo acompañan.
Estatus Actual y Futuro de la Propuesta
La reintroducción de la Ley de Dignidad en julio de 2025 marca un nuevo intento por avanzar en la reforma migratoria. Si bien su aprobación en un Congreso polarizado sigue siendo un desafío considerable, el respaldo bipartidista de sus autoras y el apoyo de diversos sectores de la sociedad mantienen viva la posibilidad de un debate legislativo serio. El éxito de la propuesta dependerá de la capacidad de sus defensores para construir una coalición más amplia y convencer a sus colegas de que un enfoque de compromiso es la única vía para solucionar un sistema que ambas partes coinciden en que está roto.







