A partir de julio de 2026, carreras como enfermería, arquitectura, fisioterapia y educación dejarán de ser consideradas “grados profesionales”. Lo que reducirá drásticamente el apoyo financiero disponible para los estudiantes que deseen cursarlas.
Una controversial decisión del Departamento de Educación de Estados Unidos (ED, por sus siglas en inglés). Está generando alarma en sectores clave de la economía y los servicios de salud.
Qué cambia con el Plan de Asistencia de Reembolso
Bajo los términos del proyecto de ley “One Big Beautiful Bill” del presidente Donald Trump. Todos los programas de préstamos estudiantiles anteriores serán reemplazados por el Plan de Asistencia de Reembolso (RAP, por sus siglas en inglés). Este nuevo sistema establece límites estrictos basados en si un programa se considera “profesional” o no.
Los estudiantes de posgrado, cuyos programas no sean clasificados como profesionales, solo podrán solicitar préstamos de hasta $20,500 dólares anuales, con un máximo total de $100,000. En contraste, quienes cursen programas considerados “profesionales” tendrán acceso a préstamos de hasta $50,000 por año y $200,000 en total.
Esta medida representa un cambio radical respecto al sistema anterior, donde los estudiantes de posgrado podían solicitar préstamos hasta cubrir el costo completo de su programa educativo.

Carreras excluidas de la clasificación profesional
La lista de programas que no recibirán la designación de “profesionales” ha generado sorpresa y preocupación generalizada. En el sector de la salud, quedan excluidas carreras fundamentales como enfermería, asistentes médicos, fisioterapia, terapia ocupacional, higiene dental y audiología.
Otras profesiones afectadas incluyen arquitectura, contabilidad, educación, trabajo social, ingeniería, maestrías en administración de empresas (MBA), consejería y terapia, y patología del habla.
Lo que ha llamado especialmente la atención es que teología sí se encuentra incluida en la lista de grados profesionales. Mientras que enfermería y otras carreras de salud quedan fuera, a pesar de que todas requieren licencias, entrenamiento riguroso y exámenes profesionales.
Preocupación por la escasez de enfermeras
La exclusión de enfermería de la categoría profesional ha generado particular alarma. Estados Unidos ya enfrenta una grave escasez de personal de enfermería, y expertos temen que esta medida desaliente a más estudiantes de ingresar a la profesión debido a preocupaciones financieras.
La Asociación Americana de Enfermeras (ANA, por sus siglas en inglés) ha iniciado una petición exigiendo al ED que incluya a enfermería como un grado profesional. Por su parte, la Asociación Americana de Facultades de Enfermería (AACN, por sus siglas en inglés). Emitió un contundente comunicado señalando que “excluir a enfermería de la definición de programas de grado profesional ignora décadas de progreso hacia la paridad entre las profesiones de la salud”.
Christopher Marsicano, profesor de estudios educativos en Davidson College, advirtió“Los enfermeros practicantes, asistentes médicos y fisioterapeutas son todos profesionales que ayudan a aliviar nuestra escasez nacional de médicos. Me preocupa que hayamos puesto en marcha no solo una escasez nacional de médicos, sino también una futura escasez de enfermeras”.
Impacto en arquitectura y educación
El Instituto Americano de Arquitectos (AIA, por sus siglas en inglés) también ha rechazado enérgicamente estos cambios. En su declaración, la organización enfatiza que “el título de ‘arquitecto’ se obtiene a través de años de educación rigurosa, exámenes profesionales extensos y un exigente proceso de licenciamiento”.
El sector educativo enfrenta desafíos similares. En momentos en que existe una creciente necesidad de maestros calificados, reducir el apoyo financiero para quienes deseen estudiar educación podría agravar la escasez de docentes en el país.
Contexto de costos universitarios crecientes
Esta medida llega en un momento particularmente difícil para los estudiantes estadounidenses. Según un informe de NPR, el costo promedio de matrícula tanto en universidades públicas como privadas se ha duplicado en los últimos 30 años, ajustado por inflación.
En la última década, los costos de matrícula para estudiantes de pregrado en universidades públicas han aumentado un 30%, según University Herald. Algunas instituciones también implementaron incrementos del 4% para el año académico actual.
Voces críticas y perspectiva de género
Amy McGrath, candidata al Senado de EE.UU. por Kentucky, cuestionó en redes sociales: “¿Alguien puede explicar cómo un teólogo se considera más ‘profesional’ que un enfermero practicante?”. McGrath argumenta que esta reclasificación afecta desproporcionadamente a campos dominados por mujeres como atención médica, consejería y trabajo social.
Kevin Kinser, profesor de estudios de política educativa en Penn State University, ofreció otra perspectiva. “No creo que el punto sea discernir grados profesionales de otros grados en términos de elegibilidad para préstamos. Es limitar la exposición del gobierno a préstamos que no serán reembolsados”. Kinser señala que la lista incluye profesiones que generalmente resultan en salarios altos y descuida profesiones con menores ingresos.
¿Qué sigue?
Los detalles sobre qué grados serán afectados aún no están finalizados y podrían cambiar antes de que la política entre en vigor en julio de 2026. Mientras tanto, diversas organizaciones profesionales continúan presionando para que sus campos sean reconsiderados antes de la fecha de implementación.
La pregunta que permanece es si estas medidas lograrán el objetivo de reducir la deuda estudiantil o si, por el contrario, crearán barreras de acceso a profesiones esenciales para el funcionamiento de la sociedad estadounidense.
Imagen: DiarioNY







