Nuestras mascotas son maestras en ocultar su dolor, un instinto de supervivencia heredado de sus ancestros para no mostrarse vulnerables ante los depredadores. Por esta razón, es fundamental que los dueños aprendan a reconocer las señales, a menudo sutiles, que indican que su compañero animal no se encuentra bien.
Identificar el dolor a tiempo es clave para aliviar su sufrimiento y evitar que una condición empeore.
Preste atención a cualquier cambio en la rutina y el comportamiento normal de su mascota. Usted es quien mejor la conoce. A continuación, se detallan las señales más comunes de dolor en perros y gatos.
Cambios de Comportamiento y Actitud
Un cambio en la personalidad de su mascota es una de las señales de alerta más importantes.
- Aislamiento y falta de interés: Si su mascota, usualmente sociable, de repente prefiere estar sola, se esconde debajo de los muebles o en rincones, o ya no le recibe en la puerta con el mismo entusiasmo, podría estar sintiendo dolor.
- Agresividad o irritabilidad repentina: Un animal dócil que de pronto gruñe, muerde o se muestra reacio a ser tocado, especialmente en una zona específica del cuerpo, probablemente lo hace porque siente dolor. Responde de esta forma para protegerse.
- Letargo y apatía: Una disminución drástica en su nivel de energía es un síntoma común. Si su mascota duerme más de lo normal, no quiere jugar o muestra desinterés por sus actividades favoritas (como pasear o perseguir un juguete), es una señal de alerta.
- Cambios en los hábitos de higiene: Los gatos, que son meticulosos con su limpieza, pueden dejar de acicalarse si sienten dolor. Por otro lado, tanto perros como gatos pueden lamerse o morderse excesiva y compulsivamente una zona específica del cuerpo; es su forma de intentar «curar» o aliviar la molestia en esa área.
- Ansiedad o inquietud: El animal puede parecer incapaz de encontrar una postura cómoda. Puede que se levante y se acueste repetidamente, camine de un lado a otro sin rumbo o parezca agitado sin motivo aparente.
Señales Físicas y Posturales
El cuerpo de su mascota también puede darle pistas claras.
- Cojera o dificultad para moverse: Es uno de los signos más evidentes. Puede que su perro o gato cojee, evite apoyar una pata, tenga problemas para subir escaleras, saltar al sofá o entrar al coche.
- Postura extraña o encorvada: Un perro o gato con dolor abdominal a menudo adopta una postura «de rezo» (con el pecho en el suelo y el trasero levantado) o mantiene la espalda arqueada.
- Cambios en la respiración: Una respiración más rápida o superficial (jadeo excesivo sin haber hecho ejercicio o sin tener calor) puede ser un indicador de dolor o estrés.
- Cambios en los ojos: Los ojos pueden parecer tristes o sin brillo. En algunos casos, las pupilas pueden estar más dilatadas de lo normal. El parpadeo excesivo o mantener un ojo cerrado también es señal de dolor.
- Pérdida o aumento del apetito: El dolor puede hacer que una mascota pierda el interés en la comida y el agua. En otros casos, algunos animales pueden comer más como una forma de buscar consuelo.
- Temblores: Temblores o escalofríos que no están relacionados con el frío pueden ser una manifestación de dolor.
Vocalizaciones
Aunque muchas mascotas sufren en silencio, algunas expresan su dolor con sonidos.
- Quejidos, gemidos o llantos: Estos sonidos pueden ser espontáneos o producirse cuando el animal se mueve o se le toca una zona adolorida.
- Gruñidos o bufidos: Especialmente comunes cuando se acerca a la zona que le duele.
- Ladridos o maullidos excesivos: Un aumento inusual en la vocalización sin una causa aparente puede ser una llamada de auxilio.
¿Cuándo Debe Llevar a su Mascota al Veterinario?
Es crucial no medicar a su mascota por su cuenta. Muchos analgésicos para humanos (como el ibuprofeno o el paracetamol) son extremadamente tóxicos para los animales.
Busque ayuda veterinaria de inmediato si observa cualquiera de las siguientes situaciones:
- Señales de dolor agudo e intenso: Llantos fuertes, cojera evidente, incapacidad para moverse.
- Cambios drásticos de comportamiento: Agresividad repentina, aislamiento severo.
- Síntomas preocupantes combinados: Por ejemplo, pérdida de apetito junto con letargo o vómitos.
- Si la cojera o cualquier otro signo de dolor persiste por más de 24 horas.
- Dificultad para respirar.
- Si sospecha que ha sufrido un traumatismo (un golpe, una caída), incluso si no ve heridas externas.
Ante la duda, la regla de oro es siempre consultar con un profesional. Una visita al veterinario puede determinar la causa del dolor y proporcionar el tratamiento adecuado para que su fiel amigo recupere su calidad de vida.
Si usted tiene preguntas relacionadas con el bienestar de sus mascotas por favor escriba al correo electrónico:
El Doctor Enrique Borrego es el director médico de Animal General Hospital, localizado en 501 SW Port Saint Lucie Boulevard, Port St Lucie, FL 34953 • Telefono 772-344-8835 www.petsvet.com Sirviendo a nuestra comunidad de la Costa del Tesoro desde 1990