Empezando año escolar y ya el pasado 5 de septiembre tenemos la noticia de un tiroteo que dejó un saldo de 4 muertos en una escuela de Georgia.
Inicio del año escolar lo más chocante: este hecho tan vil fue realizado por un joven de tan solo 14 años. Para ponerlo peor, el FBI reveló que ya habían recibido pistas anónimas de que el jovencito había publicado en redes sociales sobre sus intenciones de realizar un tiroteo y hasta lo habían entrevistado.
Desde mi punto de vista, quizás basado en la ignorancia, el FBI y cualquier otro cuerpo del orden que haya estado vinculado con las investigaciones previas deberían sentirse corresponsables de estas muertes por no haber tomado acciones con anterioridad.
Ante los ojos de la ciudadanía, el sistema nos ha fallado. Las acciones para prevenir los tiroteos escolares han sido un fracaso. Definitivamente, no se ha invertido lo suficiente para que cada plantel escolar cuente con la debida seguridad.
Hacen falta verjas perimetrales con alambres de púa que hagan más difícil escalar y accesar al interior de las escuelas.
La falta de cámaras que sean supervisadas en tiempo real, no de manera forénsica, por un personal debidamente entrenado. Hacen falta más policías y parar con la estúpida campaña de “defund the police”.
Pero hay que buscar la forma de trabajar los problemas en la fuente. Es necesario que el FBI, los sheriffs y las policías locales cuenten con sistemas que les permitan identificar, con mucho mayor prontitud, las publicaciones en el internet donde se exponga cualquier mensaje que se pueda interpretar como amenaza.
Quizás, inclusive, sea necesario realizar actualizaciones a las leyes vigentes para que las personas que hagan este tipo de publicaciones puedan ser detenidos por un tiempo determinado. Y se puedan hacer pruebas psicológicas para determinar si existe alguna condición que lo predisponga a la realización de este tipo de barbaries.
También los padres debemos asumir nuestro compromiso, entendiendo que debemos hacer lo que haya que hacer para garantizar la salud física y mental de nuestros hijos. Si tu hijo tiene una condición mental que necesita ayuda de un psicólogo o un psiquiatra:
¡Llévalo al doctor! No esperes a que sea demasiado tarde y que pueda hacerse daño a él mismo, o a los demás.
Y si usted es de los fanáticos religiosos que no van al doctor porque creen que la oración es poderosa y el Señor los va a sanar. Le sugiero que vuelva a estudiar bien la Biblia puesto que no existe ningún mensaje en contra de visitar a los médicos.
Los padres que poseen armas de fuego deben garantizar que sus hijos NO tengan acceso a las mismas cuando no están siendo supervisados. Entiendo que deben aumentarse las penas correspondientes cuando un padre incumple con este punto.
Multas, cárcel, trabajos comunitarios, revocación del permiso de sus armas, remover a los hijos menores de la casa. Son parte de las consecuencias que debería enfrentar el papá que no supo mantener sus armas fuera del alcance de los niños.
La sociedad, en sentido general, necesita reflexionar. ¿Qué podemos cambiar para que haya menos problemas con nuestros adolescentes? Quizás los niños necesitan ser niños, sin tanto afán por ser famosos, por ser influencers, por ganar likes.
Quizás necesitamos motivar más la unión en nuestros vecindarios y que los niños vuelvan a jugar en las calles, en los parques, en los patios y no pasen tantas horas pegados del bendito celular.
Ya está bueno de tiroteos escolares.
Creo que ya es hora de que se tomen medidas un poco más drásticas para frenar este problema.
¡Bendiciones!
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Por : Manuel Rosario
Ingeniero Industrial y Conferencista
Imagen: Humanium