El plan de Donald Trump para eliminar la ciudadanía a hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos ha generado gran controversia, especialmente porque revocaría una interpretación del derecho de nacimiento bajo la Enmienda 14 de la Constitución de los EE. UU.
Esta enmienda garantiza la ciudadanía automática a todas las personas nacidas en el territorio estadounidense. Sin embargo el plan de Trump y algunos de sus asesores han argumentado que se debería limitar este derecho a los hijos de ciudadanos estadounidenses y a quienes tienen una residencia legal.
El equipo de Trump ha sugerido que, de ser reelegido, podría intentar implementar esta medida mediante una orden ejecutiva, a pesar de que muchos expertos legales consideran que un cambio de esta magnitud requeriría una enmienda constitucional o una interpretación diferente de la Corte Suprema.
En su campaña, Trump ha enfatizado que esta política ayudaría a reducir la inmigración ilegal y a «proteger la integridad» de la ciudadanía estadounidense.
Sin embargo, sus críticos sostienen que la medida sería divisiva y discriminatoria, y podría tener graves implicaciones humanitarias y legales para miles de personas.

Según la información proporcionada, Donald Trump ha planteado varias propuestas polémicas relacionadas con la inmigración para un posible segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Algunas de las principales ideas mencionadas por Trump y sus asesores incluyen:
- Eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos. Trump ha prometido firmar una orden ejecutiva para implementar esto desde el primer día, aunque probablemente enfrentaría desafíos legales ya que contradice la interpretación actual de la 14ª Enmienda de la Constitución.
- Implementar el «programa de deportación masiva más grande en la historia estadounidense», apuntando a entre 11 y 20 millones de inmigrantes indocumentados. Esto incluiría el uso de la Guardia Nacional y posiblemente las fuerzas armadas.
- Reinstaurar y expandir políticas migratorias restrictivas de su primer mandato, como el programa «Permanecer en México» y las prohibiciones de viaje desde ciertos países de mayoría musulmana.
- Implementar un «filtrado ideológico» para los inmigrantes que buscan ingresar al país.
- Revocar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para cientos de miles de inmigrantes de países como El Salvador, Honduras y Haití.
- Eliminar programas como el «parole» humanitario que ha permitido la entrada de migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.
- Utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a miembros de pandillas, traficantes de drogas y miembros de cárteles.
Es importante notar que muchas de estas propuestas probablemente enfrentarían desafíos legales y constitucionales significativos si se intentaran implementar. Además, algunas requerirían la aprobación del Congreso para ser efectivas.
Imagen: Opinion