La evidencia científica reciente y consistente señala que el consumo de cannabis, especialmente con la intención de automedicarse para la ansiedad o la depresión, aumenta significativamente el riesgo de experimentar paranoia, que en ocasiones puede ser grave.
Lejos de ser una solución segura, el uso de cannabis para tratar estos trastornos puede empeorar los síntomas y crear nuevos problemas. Aquí te explicamos lo que se sabe al respecto.
La Intención de Uso es un Factor Clave de Riesgo
Investigaciones recientes, incluyendo un estudio a gran escala del King’s College de Londres, han revelado un hallazgo crucial: las personas que comienzan a consumir cannabis para aliviar síntomas de ansiedad, depresión o dolor físico tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar paranoia en comparación con quienes lo usan con fines recreativos.
Estos estudios sugieren que las personas que se automedican tienden a:
- Consumir cannabis con mayor frecuencia y en mayores cantidades.
- Utilizar variedades con concentraciones más altas de THC.
- Presentar de por sí una mayor vulnerabilidad a síntomas de salud mental.
El THC: El Principal Responsable de la Paranoia
La paranoia inducida por el cannabis está directamente relacionada con su principal componente psicoactivo: el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC).
- ¿Cómo actúa el THC? El THC se une a los receptores cannabinoides (CB1) en el cerebro, especialmente en áreas que regulan las emociones y la percepción, como la amígdala. Una sobreestimulación de estos receptores puede alterar la percepción de la realidad, llevando a pensamientos de desconfianza, miedo y la sensación de que otros quieren hacer daño.
- Dosis-Dependiente: El riesgo de paranoia aumenta con la dosis de THC. Variedades de cannabis con alto contenido de THC son mucho más propensas a inducir estos efectos adversos.
- Ansiedad Aguda: Irónicamente, aunque se busque aliviar la ansiedad, el THC puede provocar el efecto contrario, generando ataques de pánico y ansiedad aguda, que a su vez alimentan los pensamientos paranoicos.
El Rol del CBD: Un Contrapunto al THC
Es importante diferenciar el THC del cannabidiol (CBD), otro compuesto importante del cannabis. A diferencia del THC, el CBD no es psicoactivo y no «coloca». De hecho, la investigación sugiere que el CBD puede tener propiedades ansiolíticas (reductoras de la ansiedad) y antipsicóticas.
Algunos estudios indican que el CBD puede contrarrestar algunos de los efectos negativos del THC, como la ansiedad y la paranoia. Esto explica por qué las variedades de cannabis que tienen una proporción más equilibrada de CBD y THC suelen ser menos propensas a causar paranoia.
¿Por Qué Sucede?
La relación es compleja, pero se barajan varias hipótesis:
- Vulnerabilidad Preexistente: Las personas con ansiedad o depresión ya tienen una tendencia a la preocupación, la rumiación de pensamientos negativos y la hipervigilancia, lo que las hace un terreno fértil para que el THC desencadene la paranoia.
- Alteración de la Percepción: El THC altera la forma en que el cerebro procesa la información sensorial y social, lo que puede llevar a malinterpretar las intenciones de los demás como amenazantes.
- Bucle de Retroalimentación: Una persona ansiosa puede consumir cannabis para calmarse. Si experimenta un aumento de la ansiedad o paranoia por el THC, puede interpretar estos síntomas como una prueba de que sus miedos son reales, consumiendo aún más para intentar controlarlos y entrando en un círculo vicioso.
En resumen, aunque pueda parecer una solución rápida y accesible, utilizar cannabis con alto contenido de THC para tratar la ansiedad o la depresión es una estrategia de alto riesgo que puede conducir directamente al desarrollo de paranoia grave y otros problemas de salud mental. Es fundamental buscar ayuda profesional y tratamientos basados en la evidencia para estas condiciones.