PCE y TCE sustancias conocidas por utilizarse en adhesivos, pinturas, desengrasantes o solventes industriales conocidos por provocar cáncer de hígado, riñón, cerebro y testículos
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) marcó un hito en la gestión de riesgos químicos al finalizar las normativas para el tricloroetileno (TCE) y el percloroetileno (PCE).
Estas medidas, derivadas de las enmiendas de 2016 a la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA), forman parte del esfuerzo gubernamental en pro de la salud pública, incluyendo la iniciativa Cancer Moonshot del presidente Biden.
Este enfoque integral busca reducir los riesgos de sustancias reconocidas por sus graves impactos en la salud y promover el uso de alternativas más seguras.
El TCE es un disolvente usado en productos comerciales como adhesivos, pinturas y desengrasantes, es conocido por causar cáncer de hígado, riñón y linfoma de Hodgkin, además de daños al sistema nervioso y defectos cardíacos fetales.
Ante estos peligros, la EPA ha decretado la eliminación progresiva de todos sus usos.
La mayoría de estas restricciones entrarán en vigor dentro de un año, con algunas excepciones en entornos industriales controlados que requerirán estrictos planes de protección para los trabajadores.
El PCE, por otra parte, es comúnmente usado en la limpieza en seco y como solvente industrial, también está vinculado a cáncer de hígado, riñón, cerebro y testículos, así como otras afecciones graves.
Las nuevas normas prohíben su uso en productos de consumo y en varios sectores comerciales, mientras que los usos industriales restantes estarán regulados bajo controles estrictos.
La limpieza en seco tendrá un plazo de 10 años para dejar de utilizar PCE, con restricciones más inmediatas para las nuevas adquisiciones de maquinaria.
¿Qué son el PCE y el TCE?
El PCE (percloroetileno) y el TCE (tricloroetileno) son sustancias químicas que han sido ampliamente utilizadas en diversas industrias debido a sus propiedades como solventes.
Sin embargo, a lo largo de los años se ha descubierto que ambos compuestos presentan riesgos significativos para la salud humana y el medio ambiente.
- PCE: Se ha utilizado principalmente en la limpieza en seco de ropa, así como en procesos industriales de desengrase.
- TCE: Ha tenido aplicaciones en la limpieza de metales, la fabricación de productos electrónicos y como disolvente en diversas industrias.
¿Por qué se han prohibido en Estados Unidos?
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha prohibido el uso de PCE y TCE en muchos productos y procesos debido a los siguientes motivos:
- Riesgos para la salud: Tanto el PCE como el TCE son sustancias cancerígenas y se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer en diversos órganos, como el hígado, los riñones y el cerebro. Además, pueden causar daños en el sistema nervioso y afectar la reproducción.
- Contaminación del agua y el suelo: Estos compuestos son altamente persistentes en el medio ambiente y pueden contaminar las fuentes de agua subterránea y los suelos durante largos períodos. Esto representa un riesgo para la salud de las personas que viven cerca de sitios contaminados y para los ecosistemas acuáticos.
- Acumulación en el cuerpo: Al ser sustancias liposolubles, el PCE y el TCE pueden acumularse en los tejidos grasos del cuerpo humano, lo que aumenta la exposición a largo plazo y los riesgos para la salud.
¿Qué implican estas prohibiciones?
La prohibición del PCE y el TCE en Estados Unidos tiene importantes implicaciones:
- Eliminación gradual: Las industrias que utilizan estos compuestos tendrán que buscar alternativas más seguras y respetuosas con el medio ambiente.
- Limpieza de sitios contaminados: Se requerirán esfuerzos para limpiar los sitios contaminados con PCE y TCE, lo que puede ser un proceso costoso y complejo.
- Protección de la salud pública: Estas medidas buscan reducir la exposición de la población a sustancias tóxicas y prevenir enfermedades relacionadas.
En resumen, la prohibición del PCE y el TCE en Estados Unidos es un paso importante para proteger la salud humana y el medio ambiente.
La sustitución de estos compuestos por alternativas más seguras es fundamental para reducir los riesgos asociados con su uso y garantizar un futuro más saludable para las generaciones venideras.