Las amenazas de violencia escolar por parte de adolescentes siguen siendo un problema grave y persistente.
A lo largo de 2024 y 2025, se han reportado múltiples incidentes de amenazas y violencia escolar, lo que ha llevado a un aumento de la vigilancia policial y a la alerta entre las comunidades escolares.
El pasado domingo 19 de octubre, autoridades de Port St. Lucie recibió varios llamados por parte de padres preocupados en relación con un video circulando en TikTok acerca de amenazas de bomba a la escuela secundaria Southport.
La investigación preliminar reveló que la cuenta de TikTok que publicó el video estaba a nombre de «Benjamin Franklyn» y tenía una dirección IP registrada a través de Comcast.
Los detectives también pudieron determinar el tipo de teléfono utilizado para crear la cuenta y la fecha y hora de creación.
La investigación llevó a los detectives a una residencia en Port St. Lucie, donde identificaron a un joven de 14 años, que asiste a la escuela secundaria Southport, como el menor que creó la cuenta con su iPhone y publicó el video de las amenazas en TikTok.
La investigación reveló que las amenazas eran de una broma y que el menor no poseía materiales para fabricar bombas.
Como parte de la investigación, los agentes también notificaron a Seguridad Escolar y les informaron sobre las amenazas específicas.
El sospechoso fue identificado y puesto bajo custodia y fue acusado de un cargo de amenazas electrónicas de muerte, causar lesiones corporales o realizar un acto de terrorismo.
Posteriormente, fue trasladado al Departamento de Justicia Juvenil. Cabe destacar queneste tipo de amenazas trae una serie de consecuencias que a continuación mencionamos.
Consecuencias para el adolescente
Legales
- Delito grave (felonía): En Florida, hacer una amenaza escrita (que puede incluir publicaciones en redes sociales) es un delito grave de segundo grado. Un menor puede ser acusado de delitos como amenazas terroristas, acecho o acoso.
- Cargos federales: Si la amenaza se transmite a través de las redes sociales, se considera un delito federal, lo que puede resultar en hasta cinco años de prisión federal, además de los cargos estatales.
- Posibilidad de enjuiciamiento como adulto: En casos graves, un menor puede ser transferido al sistema de justicia penal para adultos.
- Antecedentes penales: Una condena puede resultar en antecedentes penales que afectarán las oportunidades de educación y empleo del joven en el futuro.
- Detención: Un menor puede enfrentar detención en un centro juvenil, especialmente si la amenaza se considera grave.
- Servicio comunitario y consejería: A menudo, los tribunales ordenan evaluaciones psicológicas, consejería obligatoria o servicio comunitario como parte de la sentencia.
Escolares
- Suspensión o expulsión: Las escuelas toman las amenazas muy en serio y pueden suspender o expulsar a un estudiante, independientemente de su edad o si la amenaza era una «broma».
- Cambio de escuela: El estudiante podría ser reasignado a una escuela alternativa.
Cómo la comunidad puede ayudar a combatir el problema
La prevención y la respuesta efectiva requieren un esfuerzo de toda la comunidad, desde padres y estudiantes hasta escuelas y fuerzas del orden.
Fomentar la comunicación abierta
- Hablar con los jóvenes: Los padres deben mantener una comunicación constante con sus hijos sobre sus amigos, la escuela y sus preocupaciones. Fomentar un entorno donde se sientan seguros para hablar de sus problemas es crucial.
- Educar sobre las consecuencias: Es vital que los padres hablen con sus hijos sobre las serias consecuencias de las amenazas en línea. Deben comprender que incluso una «broma» puede arruinar su futuro.
Fortalecer la seguridad escolar y los recursos
- Programas de reporte anónimo: Promover el uso de herramientas como la aplicación FortifyFL, que permite reportar amenazas de manera anónima y segura a las autoridades.
- Identificar las señales de alerta: Capacitar a estudiantes, maestros y padres para reconocer las señales de advertencia de problemas de salud mental o comportamiento preocupante.
- Sistemas de apoyo de salud mental: Las escuelas deben tener recursos de salud mental fácilmente accesibles para los estudiantes, incluyendo consejería y remisiones a servicios externos.
Involucrar a la comunidad
- Colaboración con la policía: Reportar inmediatamente cualquier amenaza o comportamiento preocupante a las fuerzas del orden en lugar de compartirlo en las redes sociales. Repostear una amenaza solo causa pánico y desvía recursos.
- Concienciar sobre el impacto: Educar a la comunidad sobre el costo social de las amenazas falsas, que incluyen el desvío de recursos policiales, la interrupción escolar y el trauma emocional para estudiantes y padres.
- Crear un clima escolar positivo: Apoyar programas escolares que promuevan la inteligencia emocional, el compañerismo y la inclusión para crear un ambiente más seguro y respetuoso.
- Monitoreo en línea: Los padres y las escuelas pueden establecer políticas de monitoreo de redes sociales, especialmente para los estudiantes con un historial de comportamiento preocupante.







