Es interesante ver cómo los migrantes están encontrando formas creativas de generar ingresos en Estados Unidos a pesar de las barreras legales.
Abrir negocios propios parece ser una vía prometedora para aquellos que no tienen estatus migratorio y sin permisos de trabajo, aprovechando las leyes que les permiten hacerlo.
Miles de migrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos, principalmente desde Venezuela y Colombia, han encontrado una forma de generar ingresos y labrarse un futuro al aprovechar una laguna legal que les permite abrir sus propios negocios y surgir sin la oportunidad de tener permisos de trabajo.
Creando oportunidades a pesar de las dificultades
Si bien muchos de estos migrantes no califican para permisos de trabajo o Estatus de Protección Temporal (TPS), la creación de empresas, principalmente de responsabilidad limitada (LLC), les abre las puertas a oportunidades laborales y les permite sortear las limitaciones de su situación migratoria.
Un camino hacia la independencia económica
Marta Hernández, presidenta de una empresa de limpieza en Colorado, ha sido testigo de primera mano de este fenómeno. Ella misma ha ayudado a varios migrantes a abrir sus propias empresas y luego los ha contratado para sus servicios de limpieza.
Hernández destaca que «no existen leyes que impidan a un indocumentado formar y poseer legalmente un negocio en cualquier estado». Esto significa que cualquier empresa debidamente registrada puede contratar a otras empresas legalmente constituidas, sin importar el estatus migratorio de sus propietarios.
Sectores donde prosperan los nuevos emprendimiento
Los migrantes indocumentados están incursionando en diversos sectores, principalmente en aquellos donde la mano de obra es escasa, como la construcción, el paisajismo, la remoción de nieve e incluso la entrega de alimentos a domicilio.
Un ejemplo de esta iniciativa es Sergio Ruiz, un migrante sudamericano que ha logrado establecer dos negocios: uno de entrega de comida a domicilio y otro de pastelería. Ruiz aprovecha las entregas de comida para promocionar sus creaciones y ha logrado un éxito considerable.
Ingresos considerables y la posibilidad de duplicarlos
Los ingresos que obtienen estos emprendedores son considerables, superando con creces el salario mínimo. En el caso de Édgar Rodríguez, un migrante colombiano en California, afirma ganar hasta 800 dólares netos en una buena semana.
Rodríguez y Ruiz coinciden en que el trabajo duro y la dedicación son claves para el éxito. «Quien quiera realmente trabajar, sea de noche, con frío o nieve puede duplicar esos ingresos», asegura Ruiz.
Un panorama cambiante en el mercado laboral
Las estadísticas del Pew Research Center revelan que, si bien en 2020 solo el 5% de los trabajadores en EE.UU. eran indocumentados, la pandemia ha provocado un aumento significativo en su participación en sectores como la salud (donde actualmente representan casi el 15%) y el textil (11%).
Desafíos y riesgos que persisten
A pesar de las oportunidades que se abren, los migrantes indocumentados no están exentos de desafíos. La explotación laboral, la falta de acceso a beneficios y equipo de protección personal, los horarios impredecibles, las barreras culturales y de idioma, el robo de salarios y el constante temor a la deportación son realidades que enfrentan a diario.
Marta Hernández, consciente de estos riesgos, se los recuerda a cada uno de los migrantes que contrata. Sin embargo, ella también resalta que «la buena noticia es que los indocumentados pueden abrir su propio negocio en Estados Unidos».
Un mensaje de esperanza y perseverancia
Las historias de Sergio Ruiz, Édgar Rodríguez y miles de otros migrantes indocumentados que han encontrado un camino hacia la independencia económica a través de la creación de negocios son un ejemplo de perseverancia y del espíritu emprendedor que los caracteriza. A pesar de las dificultades y los riesgos, buscan labrarse un mejor futuro para sí mismos y sus familias, contribuyendo al mismo tiempo al desarrollo de las comunidades en las que viven.
Imagen: LopezDoriga