A casi dos semanas del cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos, los efectos económicos se intensifican y comienzan a sentirse en diversos sectores del país.
La paralización del gobierno, que inició a principios de octubre de 2025 por la falta de acuerdo presupuestario en el Congreso, ha dejado a cientos de miles de trabajadores federales suspendidos y ha generado una creciente incertidumbre que amenaza con frenar el crecimiento económico.
- A casi dos semanas del cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos, los efectos económicos se intensifican y comienzan a sentirse en diversos sectores del país.
- Se estima que la paralización le cuesta a la economía estadounidense miles de millones de dólares cada semana.
- A nivel programático, el cierre ha puesto en jaque a importantes servicios sociales.
El impacto más inmediato se ha sentido en los bolsillos de los aproximadamente 800,000 empleados federales que han sido suspendidos de sus labores.
Aunque históricamente el Congreso ha aprobado el pago retroactivo de los salarios una vez que finaliza el cierre, la falta de ingresos durante este período genera dificultades para que las familias cubran sus gastos corrientes, lo que a su vez reduce el consumo.
Más allá del impacto directo en los trabajadores federales, el cierre del gobierno está generando una serie de efectos en cadena en la economía.
Se estima que la paralización le cuesta a la economía estadounidense miles de millones de dólares cada semana.
Diversos analistas económicos calculan que el cierre podría reducir el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en aproximadamente un 0.2% por cada semana que se prolongue.
Uno de los sectores más vulnerables es el de los contratistas del gobierno, quienes no tienen garantizado el pago retroactivo por los servicios no prestados durante el cierre.
Esto pone en riesgo a miles de pequeñas y medianas empresas que dependen de los contratos federales para su subsistencia.
A nivel programático, el cierre ha puesto en jaque a importantes servicios sociales.
El programa de Asistencia Nutricional Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC, por sus siglas en inglés), que brinda ayuda alimentaria a casi siete millones de familias de bajos ingresos, se enfrenta a una inminente falta de fondos.
De manera similar, el Programa Nacional de Seguro contra Inundaciones (NFIP) ha visto interrumpida su capacidad para emitir y renovar pólizas, una situación especialmente crítica en estados como Florida, que se encuentra en plena temporada de huracanes y donde casi dos millones de personas dependen de esta cobertura.
El cierre también ha provocado la suspensión en la publicación de datos económicos clave por parte de agencias como la Oficina de Estadísticas Laborales, lo que deja a los mercados financieros y a la Reserva Federal a ciegas en un momento de gran incertidumbre económica.
Esta falta de información dificulta la toma de decisiones tanto para inversores como para los responsables de la política monetaria.
El turismo también se ha visto afectado, con el cierre de parques nacionales y museos, lo que representa una pérdida significativa de ingresos para las comunidades que dependen de esta actividad.
Mientras tanto, en el Capitolio, las negociaciones entre demócratas y republicanos continúan estancadas, sin una solución clara a la vista.
La Casa Blanca y los líderes del Congreso se culpan mutuamente por la parálisis, lo que aumenta la preocupación sobre la duración que podría alcanzar este cierre y, con ello, la magnitud de sus consecuencias económicas.







