Una jueza federal en Maryland dictaminó que la deportación del salvadoreño Kilmer Armado Abrego García por parte del gobierno de Donald Trump fue ilegal y exigió su retorno a Estados Unidos antes de la medianoche del lunes.
Al joven, de 29 años y residente en el condado de Prince George, Maryland, lo expulsaron del país el 15 de marzo como parte de una controvertida operación de deportaciones masivas que incluyó a más de 200 venezolanos y decenas de salvadoreños.
Abrego fue enviado directamente al Centro de Confinamiento del Terrorismo, la prisión de máxima seguridad de su país natal.
La jueza Paula Xinis determinó que la expulsión se realizó pese a una orden judicial que lo protegía, reseñó la agencia de noticias Efe. Según la demanda presentada por sus abogados, Abrego contaba con una suspensión de deportación vigente tras solicitar asilo.
Su retorno a El Salvador —donde su vida estaría en peligro— violó el proceso legal establecido.
“Fue un acto ilegal”, sentenció la magistrada, que rechazó el argumento de que las autoridades actuaron de “buena fe” al ejecutar su traslado.
Un funcionario de ICE reconoció ante el tribunal que la deportación fue un “error”, pero aseguró que ya no podían traerlo de vuelta. La jueza, sin embargo, contradijo esta afirmación y ordenó su repatriación inmediata.
Al hombre lo identificaron las autoridades en 2019, luego de que un informante lo vinculara presuntamente con la MS-13. Aunque inicialmente se autorizó su deportación, más tarde obtuvo una suspensión por parte de un juez de inmigración mientras se evaluaba su solicitud de asilo.
La expulsión ocurrió tras su detención el pasado 12 de marzo en Texas, donde lo llevaron antes de abordar uno de los tres aviones que transportaron a los migrantes a El Salvador. Su inclusión en el operativo ha sido señalada como una violación a sus derechos legales.

Su familia y activistas de la organización CASA realizaron una protesta para alertar sobre los riesgos que enfrenta Abrego.
Su esposa, Jennifer Vásquez, ciudadana estadounidense, relató el impacto de la separación: “Kilmer es un padre ejemplar. Desde su ausencia, me siento perdida. Dos de nuestros hijos tienen autismo y el otro sufre de epilepsia. Esta separación injusta ha destrozado a nuestra familia”.
El caso de Abrego pone en entredicho la legalidad de otras expulsiones recientes bajo las nuevas directrices de deportación de la administración Trump, especialmente en situaciones donde hay procesos judiciales pendientes o solicitudes de asilo en curso.
Imagen: DiarioNY