Por Omaira Martínez Cardona – Periodista Colombiana
Tuve la fortuna de compartir el juego final de un torneo infantil de soccer en el que uno de los equipos del Mako Soccer Club de Port St Lucie, ganó el campeonato. La emoción y la integración que se genera entre padres, entrenadores, vecinos y la comunidad en general, llamó mi atención sobre la necesidad de fomentar más la promoción del deporte en los niños y los jóvenes desde los gobiernos locales, como una de las mejores estrategias para convivir en paz.
El ambiente de sana competencia no sólo activa la adrenalina, sino que se convierte en una manera de integrar a las familias en torno a la participación de sus hijos en los juegos y de conocer otros padres, familias y culturas. Pero, lo que pocos saben es que la mayoría de estos programas de fomento al deporte en las localidades y los condados no están incluidos en el presupuesto estatal y es por eso que la mayoría de los clubes deportivos en cualquier disciplina deben financiarse con el pago de quienes se inscriben, donaciones y patrocinadores privados.
El estado de Florida como la gran mayoría de estados en el país, no tiene una partida presupuestaria centralizada y explícita para fomento al deporte, sino que la inversión se distribuye en sectores como educación a través de algunas becas universitarias, de las instalaciones deportivas públicas y del desarrollo de programas locales y de universidades, como la inversión en atletismo de la Universidad de Florida (UF) que supera los $US 200 millones en su presupuesto.

Más allá de los debates que se generan cuando se propone la construcción de nuevos escenarios deportivos, debe considerarse la importancia que el fomento a la práctica de cualquier deporte tiene en el desarrollo integral de las personas. En muchos de nuestros países latinoamericanos, el deporte se ha convertido en una alternativa para prevenir la violencia y concentrar los intereses de los jóvenes en hábitos más saludables y sanos. En los presupuestos departamentales y nacionales de mi natal Colombia por ejemplo hay partidas económicas que, aunque siguen siendo insuficientes, si están destinadas específicamente para la promoción, el fomento y la formación en deportes. Existen semilleros que permiten que los niños de familias que no tienen capacidad de pago puedan acceder a formación deportiva de manera gratuita.
De estos semilleros, del deporte que se práctica en los escenarios públicos han salido grandes deportistas que hoy son orgullo y destinan muchos de sus millonarios ingresos a sus propias fundaciones de formación y fomento deportivo. Así que más atención al deporte. Ahora que ya sabemos que se jugarán varios partidos del Mundial de Fútbol aquí en el país, ojalá se destine una buena parte de los recursos que se espera recaudar al fomento deportivo.
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