Fue una fiesta de emociones y de fútbol, con autoridad colectiva. La Scaloneta Argentina goleó a Croacia y buscará el domingo su tercer Mundial
Leo la rompió: hizo el primero y sirvió el tercero. Julian Álvarez fue el principal cómplice del ’10’: le hicieron el penalti y gritó por duplicado.
El genio, el socio distinto que en cada partido encuentra y el equipo que siempre responde disparan emociones para la memoria. Conmueven.
Sacuden los corazones celestes y blancos. También invitan a los neutrales al reconocimiento y a la admiración. Hay una fiesta en el imponente Lusail.
Es para gozarla. Es la fiesta de Messi y de Álvarez, de Julián de la Scaloneta de Argentina.

La fiesta de esta Argentina que salta a la final de Qatar 2022, donde espera al vencedor del Francia-Marruecos, con una autoridad descomunal y con otros matices que erizan la piel, porque sucede en el primer Mundial que Diego mira desde el cielo y que coincide con el primero en que Leo maradonea en la tierra. Todo es demasiado fuerte.
De fiesta Argentina se mete en su sexta final de Copa del Mundo arrodillando a una Croacia que se distingue por su resiliencia, subcampeona en Rusia, con el antecedente de haber eliminado a Brasil en cuartos.
Sin embargo, la albiceleste primero la estudia y apenas descubre una posibilidad la destroza con dos golpes.
Luego, el nocaut con una maravilla. Siempre con un Messi extraterrestre, el mejor de los Mundiales por escándalo.
Ahora con otro cómplice. Esta vez el socio de travesuras fue Julián así como contra Países Bajos lo había sido Dibu Martínez.
Esta vez la albiceleste no sufrió. No se durmió, no se quebró, nada regaló. Todos crecieron. El 10 siguió maradoneando y Julián acompañando y la fiesta continuo.
Llegó el 3-0 con el baile de Leo a Guardiol y el toque de Álvarez. No importa lo que suceda el domingo todo sera una fiesta. Argentina y Messi ya ganaron.
Imagen: Medio Tiempo
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